Satirica

Internet está plagado de artículos aconsejándote sobre cómo comportarse para tener éxito en una entrevista de trabajo, pero ¿y qué pasa si no quieres trabajar? Por ese motivo, hemos creado esta guía para gente como tú. Tanto si te consideras una persona que va por libre y no quiere participar en esta sociedad competitiva y decadente, o si simplemente eres más vago que la chaqueta de un guardia; ésta guía es para ti. Un pequeño detalle puede hacerte perder ese puesto con el que tantas pesadillas has tenido. En este artículo encontrarás ejemplos de los peores errores cometidos en entrevistas para que los memorices, los ejercites y puedas recrearlos con éxito.

Entrevistas de trabajo

Responder preguntas sin sentido de un grupo de totales desconocidos nunca ha sido agradable. Por tanto, tu única opción es hacer que ellos también pasen un momento desagradable. Además, tienes todo el derecho tanto a no contestar, como a hacerles las mismas preguntas a ellos. No dejes que esos abusones te atosiguen con cuestiones absurdas y toma la iniciativa de la conversación. 

El diablo está en los detalles

1- PUNTUALIDAD

Las empresas de hoy en día acostumbran a ser bastante estrictas en cuanto a los estándares de puntualidad. Sabiendo esto, no te pilles los dedos en el momento de confirmar tu asistencia cuando intenten, bajo presión, convocarte a una hora y día exactos. Frases como: «quedamos sobre la hora del vermú», «te voy diciendo» o «cuando salga del portal te aviso», son claves para no quedar como una persona impuntual, ya que no habrá hora específica de llegada. 

2- VESTIMENTA

Dicen que la primera impresión es la que cuenta, así que es muy probable que la tuya sea negativa cuando veas a dos señores ataviados con un traje del Zara que les queda grande. Intenta pasarlo por alto. Tienes que entender que están en un puesto intermedio en una multinacional y ese atuendo es la única forma que tienen de intentar demostrar a sus familiares que han hecho algo con su vida pese a ser medio tontos.

En cuanto a ti, es importante que vayas elegante, pero lo más cómodo posible. Chándal con zapatos y pajarita es una buena opción. Si tienes pendientes y/o tatuajes, enséñalos, es parte de tu identidad y debes mostrarte tal y como eres. También es aconsejable ducharse después de la entrevista, no antes, para quitarse el olor a rancio y que tus amigos del barrio no se enteren de que andas por ahí intentando encontrar un empleo estable. 

3 - BUENOS MODALES

La educación es lo primero. Se puede ser vago, pero no maleducado. Saluda de forma amable, pero recuerda que las fórmulas pueden ser distintas para cada cultura y en una multinacional puedes encontrarte gente de muchos países. Es tu oportunidad para demostrar que eres una persona viajada y respetuosa. Un beso en la boca y una expresión en otro idioma son tu mejor baza. Recomendamos fórmulas de saludo universales como: Nǐ hǎo, Namaste o Allahu Akbar.

Si tus interlocutores están al otro lado de una mesa y te alargan la mano, olvídate del tradicional apretón de manos, está desfasado y es racista; lo que se lleva en el siglo XI es el choque de puños. Si la entrevista es informal o los entrevistadores son muy jóvenes, también se acepta un Dab

Además, si tus entrevistadores tienen nombres compuestos o difíciles de recordar, dirígete a ellos por nombres que te resulten familiares, como por ejemplo: Curro o Maricarmen. Si no te corrigen a la primera, habrás ganado la partida y podrás seguir toda la entrevista utilizando esos nombres de andar por casa con los que tan a gusto te sientes.

4 - COMUNICACIÓN NO VERBAL

Hay que dejar claro que la idea preconcebida de que la comunicación no verbal representa un 90% de lo que comunicamos es un mito, o si no, que se lo pregunten a los de Vodafone cuando les explico que «no me interesa ahorrar dinero en mi línea móvil», con el uso exclusivo de mi comunicación verbal.  

Según el psicólogo Albert Mehrabian, creador de la regla del 7-38-55 y uno de los padres del nu metal, la comunicación no verbal representa en torno a un 63% de la información que transmitimos. Ese porcentaje debería ser suficiente para hacer valer, de una vez por todas, esas clases de improvisación que tomaste durante la carrera porque te habías enchochado de una hippie.  

Estás interpretando a un personaje y ese personaje se las sabe todas. Está de vuelta de la vida. Mira a los ojos y esgrime una media sonrisa burlona. Cuando te hagan una pregunta, levanta la vista hacia el muro solo unos segundos y vuelve a descansar una mirada dura sobre la de tu interlocutor, mostrándole que esa ya la habías visto venir. 

Mantén una pose relajada y no tengas miedo a olerte los dedos medio e índice asintiendo con la cabeza varias veces durante la entrevista. Es un signo clarísimo de confianza en sí mismo. Recuerda, tú eres el protagonista de esa obra.

5 - HÁBLANOS DE TI

Esta pregunta tiene truco, como todo lo demás, pero tras leer este artículo ya no te la van a dar con queso de Burgos. Demuéstrales que tú tienes mejores frases para romper el hielo, como por ejemplo: «Háblame tú del mar, marinero», mientras le guiñas el ojo al más calvo de tus entrevistadores. 

Los reclutadores están más interesados en escuchar sobre cuáles han sido tus éxitos que en seguir el hilo argumental de los acontecimientos que te han llevado hasta allí. Sé conciso: «empecé en el sector bancario con 20 años y cuando tenía 25 conseguí mi primer millón. Fue en una sucursal con pésimas medidas de seguridad». Pero ya que tienes la oportunidad, háblales también de la infancia traumática que te llevó a delinquir y presume de que nadie sale herido en tus atracos porque las pistolas son de agua. Es el momento de brillar con tu historia de superación.

6 - ¿QUÉ SABES DE NUESTRA EMPRESA?

Hay un enorme elefante en esa minúscula habitación blanca e impersonal que, por caprichos de la cultura empresarial, se llama “Kolkata”, pese a que por la ventana se ve la M30. No intentes rehuirlo. Honestidad es lo mínimo que se puede pedir, pero una respuesta equilibrada, poniendo en su sitio las partes positivas y las negativas, es lo correcto: «sé que… nombre de corporación malvada… es una gran empresa multinacional, multicultural e incluso multicolor, que ha conquistado mercados a nivel mundial violando los Derechos Humanos en todos y cada uno de los continentes». 

Si crees que la respuesta o el tono te han quedado un poco ásperos, siempre puedes rebajar la tensión con un comentario del tipo: «por otro lado, también soy consciente de que participáis en un sinfín de campañas benéficas y colaboráis con organizaciones sin ánimo de lucro, tanto para blanquear vuestra imagen como para evadir impuestos».

7 - PUNTOS EN COMÚN

Una de las mejores técnicas para que una entrevista sea exitosa, es encontrar un resquicio de afinidad con el entrevistador respecto a cualquier tema: deportes, parafilias, trastornos psicológicos… you name it.  Para llevar a cabo este método hay que ser muy observador, tener muy pocos escrúpulos y lavarse los dientes regularmente. 

Por poner un ejemplo, si te has dado cuenta de que los zapatos que lleva uno de tus entrevistadores son de cuero, intenta entrever que indicios te ofrece ese dato sobre sus aficiones. Puedes empezar con una frase inocente como: «¡bonitos zapatos!». Si el interpelado reacciona positivamente a tu cumplido, le puedes susurrar el nombre de algún local sadomasoquista en tu ciudad con un ininteligible hilo de voz y una mirada furtiva buscando su aprobación. 

Si conoce la referencia, perfecto, tira de ese hilo; si no, no te preocupes, seguramente ese pequeño detalle se pierda durante el transcurso de la entrevista y no haga extremadamente incómoda la siguiente media hora para ninguno de los implicados. 

8 - EXPECTATIVAS SALARIALES

Aquí es donde toca poner los huevos (o el chocho moreno) sobre la mesa y dejarles bien clarito que tú no haces eso por dinero. Explícales que la vida es demasiado corta como para malgastarla frente a una pantalla en un cubículo con luz artificial, carteles motivadores y plantas de plástico que, curiosamente, se riegan regularmente porque cada semana alguien va a llorar a esa esquina.  

Recuérdales que, pese a estar en un puesto superior, ellos también están dejando los mejores años de su vida en ese edificio acristalado y sin alma. Si ves que aún no se ablandan, siempre puedes preguntar si la reciente adquisición de una mesa de billar y un futbolín para la relaxing room ha hecho que descendiera la tasa de suicidios. 

Por último, ofrecerles un abrazo, lo necesitan.

9 - ¿TIENES ALGUNA PREGUNTA?

No hacer preguntas una vez llegados a este punto de la entrevista, puede denotar una falta de interés por el puesto, pero, pese a ser verdad, os animamos a hacer un esfuerzo y a acabar la fiesta en alto. Nunca está de más informarse sobre la política empresarial respecto al consumo de alcohol y drogas durante las horas de trabajo. Infórmales de que, en Silicon Valley, muchos empleados toman micro dosis diarias de LSD para estimular su creatividad, pero deja clara tu opinión acerca de ello: «las micro dosis son para los vainillas y a mí no me van las medias tintas». 

También es buen momento para preguntar si vas a poder traer de vez en cuando a la oficina a tu mascota “Luna”. Hazles saber que, para su tranquilidad, tiene todas las vacunas en regla y no es agresiva con otras panteras ni con humanos, siempre y cuando no sean de Palencia capital.

Ya te llamaremos

Adelántate a esa fatídica frase en la cual los entrevistadores te van a asegurar que vas a recibir una respuesta antes del viernes con una sonrisa de oreja a oreja. Despídete cordialmente y agradéceles haber invertido su tiempo en esa encerrona tan pésimamente interpretada. Una frase que siempre funciona es: «Bueno, chavales, os voy a tener que ir dejando. Gracias por haber venido. Ya os pego yo un toque durante la semana».  Se quedarán impresionados por tu iniciativa y tu capacidad de liderazgo.