Satirica

Los famosos también mueren, pero dado que la mayoría han conseguido su fama gracias a que el público les ha apoyado durante su carrera, qué menos que morir a lo grande para el deleite de sus admiradores. No será esta publicación la que haga mofa de largas luchas contra enfermedades terminales o accidentes en los que se ven involucrados menores, o quizás sí, quién sabe. De momento, os tendréis que conformar con unos cándidos chascarrillos sobre la muerte de algunas personalidades prominentes. De cualquiera de las maneras, si eres una estrella y la muerte viene a visitarte, tampoco te cuesta nada organizar algo original. Un aparatoso accidente con una excavadora, una intoxicación causada por la mala gestión de un batido detox, una pelea con un tejón o, te miro a ti Jeff, una explosión en el espacio; las opciones son infinitas. 

Morir bien

Paradójicamente, una muerte espectacular puede volverte inmortal en la memoria colectiva. Este mensaje va, sobre todo, para esos famosos que están de capa caída y quieren marcar el gol de la victoria en los últimos minutos del descuento. Otra cosa es que hayas sido un niño prodigio o que tengas una personalidad atormentada y autodestructiva recién alcanzada la veintena. En este caso específico, ya hay una organización especializada en tales coyunturas llamada el “Club de los 27” y las opciones se reducen bastante. Generalmente, hablamos de sobredosis o suicidio, aunque siempre puedes darle un toque personal como hizo Hendrix. Si ya has cumplido los 28 y te interesa el tema, ¡sigue leyendo!

No es serio este cementerio

1 - DIANA DE GALES - Asesinada por la familia de su ex

Tras las contundentes palabras que la Reina Isabel II pronunció en su lecho de muerte justo antes de estirar la pata: “I did it” (yo lo hice), podemos dar por resuelto el misterio que envolvía la muerte de la Princesa Diana y de su pareja en aquel momento, Daddy Alfa. Ya nadie duda de que la columna fuera puesta justo allí por el servicio secreto inglés, a sabiendas de que el conductor del Mercedes en el que viajaban iba un poco tocado debido a una mezcla de alcohol, antidepresivos y antipsicóticos (lo que también se conoce como la triple corona).

La pobre Diana tuvo la mala suerte de dar con una familia política, que además de un poco racista y clasista, tenía bastante poder, así en general. Como en una telenovela turca, se casó con el príncipe Carlos, que a su vez seguía enamorado de su amor platónico Camilla (también unida en matrimonio y que en aquel momento llevaba los apellidos Parker Bowles), demostrando por partida doble que los ricos también se equivocan. La primera temporada termina con el futuro rey y su amante follando en un Land Rover ante la atónita mirada de un Cocker spaniel inglés; en la siguiente escena, y ajena a todo, la princesa Diana baja a hacer fotocopias al locutorio de abajo y conoce a un apuesto hombre de marcado aspecto mediterráneo, que resulta ser el dueño del edificio. 

Ese día, Diana y su acompañante volvían de Cerdeña en Jet privado tras haber pasado nueve días en un yate navegando las riberas francesa e italiana. Antes de dirigirse de vuelta a Londres, decidieron hacer una parada en París para comprar un par de cosas en el Carrefour y picar algo. Como veis, la princesa estaba haciendo vida normal y algo así nos podía haber pasado a cualquiera de nosotros. 

Pese al constante acoso de los paparazzi, la pareja, que había subido la cena a su habitación del Hotel Ritz para evitar las miradas del resto de clientes del restaurante, decidió, ya pasada la medianoche, trasladarse a un picadero que el magnate egipcio tenía por la zona. El convoy consiguió despistar a varios de los periodistas lanzando filetes de ternera por la ventanilla, pero un grupo reducido de ellos, sin duda los más perspicaces, consiguió seguir la pista del Mercedes en el que viajaban los tortolitos. El conductor, que a esas horas ya iba como las Grecas, decidió acelerar para despistarlos justo cuando se adentraban en un túnel para cruzar a la otra orilla del Sena. Fue en ese momento cuando, informada de la situación, la Reina Isabel II dio la orden. 

2 - SAM COOKE - Morir con una bota puesta

La muerte de la artista debería ser un ejemplo para el fenecimiento de otras celebridades. Contiene todos los elementos de un buen thriller infantil de misterio: alcohol, conspiración, nudismo, una prostituta, un motel, un Ferrari y un tiro en la cabeza.

En la versión aburrida, lo mató la recepcionista de un motel de carretera de un disparo en el pecho en defensa propia; en la más enrevesada, hubo una conspiración a gran escala para mandar al bueno de Sam al otro barrio. Como nota curiosa, la muerte del cantante fue recreada en la serie Hostal Royal Manzanares de TVE1 en una escena en la que Lina Morgan disparaba a un individuo afroamericano sin motivo aparente ni contexto previo. La televisión pública nunca llegó a dar explicaciones.

Sam apoyaba el Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos y, de hecho, su canción “A change is gonna come” (Un chino fregó la cama), publicada a título póstumo, se convirtió en uno de los himnos del movimiento. Según los partidarios de la teoría de la conspiración, este pudo ser un motivo por el que le dieron morcilla matachana. 

Pero es que además de luchar contra las injusticias, Cooke era todo un pichabrava acostumbrado a las infidelidades y con al menos tres hijos ilegítimos. La noche del incidente, el cantante salió de un restaurante con una chica y ambos se dirigieron al Motel “Paquita II”. Asustada por el comportamiento agresivo del cantante, la mujer cogió su ropa para salir cagando leches de allí, llevándose, con las prisas, varias prendas del artista. El negro, sorprendido, se dirigió a la recepción a preguntar por el paradero de su amiga, pero con lo único que se encontró fue con un disparo a quemarropa, pese a no llevar ropa en ese momento. 

3 - JEFF BUCKLEY - El chapuzón de la muerte

A la edad de 30 años y con solo un disco en el mercado, el joven cantautor norteamericano era considerado como una de las mayores promesas de la música rock y de la natación sincronizada de su generación. Seguramente lo conoceréis por su celebrada versión de la canción «Hallelujah» de Leonardo Dantés que, entre metáforas y citas bíblicas, habla de su tormentosa relación con Tamara “la mala”.

Jeff acababa de llegar a Memphis ese mismo día para grabar su segundo álbum, que llevaría por título “De puente a puente y tiro porque me lleva la corriente” y decidió darse un baño en el Misisipi para refrescarse un poco. El joven cantautor llevó hasta las últimas consecuencias aquello de que “las estrellas del rock no se visten según el tiempo” y se metió en el agua ataviado con pantalones vaqueros, chupa de cuero y botas. 

El artista se fue internando en las profundidades del río mientras tarareaba la canción «Whole Lotta Love» de Led Zeppelin (por increíble que parezca, este dato es real). Las complejidades vocales que conlleva la interpretación de ese tema en concreto, unido a que la ropa no fuera del Decathlon y, sobre todo, el no haber hecho la digestión, hicieron que el músico se ahogara mucho y pronto.

4 - JOHN LENNON - La culpa de todo, la tiene José Bono 

La muerte de Lennon es un ejemplo claro de cómo una muerte prematura e inesperada puede agrandar aún más la leyenda de una figura pública. El legado artístico del músico es indiscutible, pero justo es reconocer que la dupla Ono-Lennon también había dado mucho que hablar, tanto con su estilo de vida ostentoso como por sus personalidades extravagantes. 

Esa mañana, la pareja había tomado la famosa foto del músico haciéndole “el mosquito” a su mujer (pese a las reticencias de la fotógrafa Annie Leibowitz de incluir a Yoko), que luego sería portada de las revistas “Fauna” y “Rolling Stones”. Un poco más tarde, Lennon, que en su canción “Imagine”, imaginaba un mundo sin posesiones, bajó de su lujosa residencia en el edificio Dakota para montarse en su limusina, no sin antes pararse a firmar autógrafos a un grupo de admiradores allí presentes. Entre ellos, un joven llamado Mark David Chapman pensó, con acierto, que era más conveniente conseguir un autógrafo en ese momento y matarlo por la tarde, que al contrario; frotándose las manos solo con pensar en el precio que su copia firmada del álbum “Double Fantasy” alcanzaría en las subastas una vez acabado el trabajo.

En efecto, Chapman esperó a su víctima bajo el arco de la puerta principal, hasta que el ex-Beatle volvió a aparecer en la entrada del edificio con su pareja tras una sesión en el estudio de grabación. El asesino llamó la atención de la víctima al grito de «Sr. Lennon», tras lo cual efectuó cinco disparos a bocajarro, cuatro de los cuales impactaron en el cuerpo del artista. Intentando subir varios peldaños hacia el área de seguridad, Lennon pronunció la famosa frase «Assim você me mata», justo antes de desplomarse en el suelo. 

5 - STEVE ERWIN - No consiguió pasar de “la raya”

Este aventurero era conocido como el “Cazador de Cocodrilos” o “Se va el Caimán para Barranquilla” en círculos Latinos y discotecas de Carabanchel. A pesar de dedicar gran parte de su vida a enfrentarse cara a cara a criaturas peligrosas, como hace cada Jorge Javier en su programa, acabó muriendo por una raya. Curiosamente, harían falta muchas más rayas para matar a algún colaborador de Sálvame. En este caso, fue por recibir varios latigazos de una raya (animal), con la mala suerte que el afilado aguijón del animal acabó perforando el corazón del pobre Steve.

El australiano se encontraba grabando un documental que se titularía ”Ocean’s Deadliest” (algo así como “los más mortíferos del océano”) y efectivamente, los animales en cuestión eran bastante letales, hasta el punto de llegar a matar a famosos a sangre fría. Varios testigos aseguran haber visto a la enorme raya merodear por la orilla unos días antes, justo cuando Erwin y su equipo disfrutaban de unos calamares a la romana en un restaurante del puerto. Según los expertos, esto habría podido ser interpretado como una provocación por parte del animal, aunque la policía también barajó la hipótesis de crimen pasional.

Sus últimas palabras fueron: “Esa raya me está matando. Me ha espinado el corazón” en homenaje a su banda preferida, Maná. Curiosamente, los mexicanos habían vaticinado su muerte en el tema “En el muelle de San Blas” unos años antes, una escalofriante coincidencia que trae de cabeza a los investigadores del más allá.

6 - TUPAC SHAKUR - TEO presencia un tiroteo

Corren por Internet las gráficas de un estudio, más o menos riguroso, que intenta demostrar que en Estados Unidos la profesión más peligrosa, de entre todas las posibles ocupaciones, es la de rapero. Además, los datos de la investigación muestran que la primera causa de muerte entre estos es el homicidio, alcanzando un porcentaje del 51%. O sea, que de cada dos raperos que mueren, uno es por asesinato. Como en este blog estamos por la ciencia, pero más aún por la risa, vamos a darlas por válidas. 

En realidad, lo que demuestran estos datos sesgados es que hay todo un mito detrás del rap, que seguramente esté basada en el hecho de que la cultura hip-hop nació y se extendió por barrios deprimidos donde la criminalidad, muchas veces asociada a la droga, alcanza niveles por encima de la media. Dos de los ejemplos más notorios de crímenes asociados al hip hop son las muertes, ambas por tiroteo desde un vehículo, de Notorious B.I.G. y de nuestro protagonista, Tupac Shakur. Curiosamente, ambos raperos eran rivales y hay voces que relacionan al primero con la muerte del segundo. En otras rivalidades célebres, como la de Katy Perry y Taylor Swift, no hubo víctimas, aunque en este caso, fue la propia música quien quedó herida de muerte. 

La noche del altercado, Tupac venía de presenciar un combate de Mike Tyson en Las Vegas y se encontró con un miembro de una banda rival en el vestíbulo del hotel. Al parecer, este sujeto había intentado robar a uno de los amigos de Shakur anteriormente, así que el rapero le ofreció una mano de hostias. Unas horas después, cuando el artista y su cuadrilla se dirigían a una discoteca, un Cadillac blanco se detuvo junto a ellos en un semáforo y el ocupante del asiento de atrás bajó la ventanilla dando paso a una mascletá que resultaría fatídica. Ambos bandos se negaron a colaborar con la bofia dificultando las investigaciones, pero siempre se ha rumoreado que Loquillo podía haber estado implicado.

7 - PAUL WALKER - A la parrilla sabe mejor

Tenemos que empezar diciendo que, durante la ardua tarea de documentación que hemos hecho para redactar esta sarta de gilipolleces, le hemos cogido cariño a este señor, ya que, todo indica que era bastante buena persona. Sin ir más lejos, el día de su muerte estaba presentando un evento benéfico de su propia organización sin ánimo de lucro, recaudando fondos para una movida bien tocha. El actor saltó al estrellato tras protagonizar la película “A todo gas”, un retrato intimista de un cocinero asturiano que intenta ganar el concurso ‘La Mejor fabada del Mundo’ mientras cuida de sus padres enfermos de gastroenteritis en un pueblo costero del litoral Cantábrico. 

El joven actor murió como mandan los cánones, haciendo un guiño a su trabajo más aplaudido, a plena luz del día en Los Ángeles y destrozando un coche que ahora mismo tiene un valor por encima del millón de Euros. Puso fin a su carrera haciendo una carrera en Porsche Carrera GT, lo que hoy en día se denomina como “las tres ces”. Con esta hazaña, consiguió, a título póstumo, entrar directamente en el top 100 de barbacoas más caras de la historia que cada año organiza la prestigiosa revista “Nos hacemos unas Parrillas”. 

De algo hay que morir

Como ya ha sido dicho arriba, este artículo no pretende hacer mofa de ninguna defunción, sino que, por el contrario, aspira a ser un homenaje a las muertes peculiares y vistosas. Si pudierais elegir, ¿qué preferirías?, ¿morir en la cama de un hospital gestionado por Ayuso con el telediario de Antena 3 de fondo; o salir volando de una montaña rusa defectuosa aterrizando en la jaula de los orangutanes, y que, confundidos, estos desmiembren tu cuerpo y lancen las extremidades a los turistas, poniendo especial hincapié en atacar a la gente rubia? Nosotros lo tenemos claro.

¿Cuál sería vuestra elección para morir a lo grande si fuerais famosos? ¿Nos hemos olvidado de algún deceso que os guste especialmente? ¡Esperamos vuestras respuestas en los comentarios!