En la historia de la humanidad ha habido muchos grupos de hombres sexis y lo suficientemente ambiguos como para mantener nuestra insaciable imaginación a cien. Desde los dioses griegos a los BTS, pasando por la selección española de waterpolo 92, un conjunto de hombres fornidos es lo que más nos gusta. Podríamos poner muchos ejemplos más, pero el que siempre se nos escapa es… seguro que ya lo habéis adivinado: Los 12 apóstoles. Una docena de cuerpos del pecado que casi siempre pasamos por alto, pero que a partir de ahora, desearemos pasarnos por la piedra.
Esos famosos desconocidos
Se saben muy pocas cosas sobre los apóstoles, casi todo de oídas. En el superventas “La Biblia” se enumeran algunas de sus hazañas, pero la obra, siempre alejada de la polémica, obvia aspectos clave de su vida sexual y de su relación con las drogas.
Esta publicación se ha opuesto en contacto con Jordi Hurtado, la única persona viva (tras la muerte de La Reina Isabel II, que en gloria esté) en haber conocido personalmente a los apóstoles, y nos ha revelado lo siguiente: «La verdad es que no me acuerdo del todo bien…, eso fue hace mucho tiempo y era una época de auténtico desfase. Habíamos empezado a experimentar con psicotrópicos, de ahí la repentina proliferación de milagros y plagas. En fin, yo con el que más me trataba era con J. Tadeo, que me ayudaba con la documentación del programa. Lo que sí te puedo confirmar es que eran todos truchas, del primero al último».
Los apuestos Apóstoles
1 - JUDAS TADEO “El intelectual”
Tadeo, también conocido como TJ o el “Judas bueno”, destacaba sin duda por sus capacidades intelectuales. Era un hombre culto, razonable y al que el resto de los apóstoles acudían regularmente en busca de respuestas y sexo esporádico. El propio Jesús acostumbraba a decir de forma jocosa: «TJ hace que los otros apóstoles parezcan medio subnormales».
Siempre se llevaba varios juegos de mesa o algún rompecabezas inventado por él mismo a las cenas, a menudo en vano. Al final, se daba por vencido y, untando su cuerpo en grasa de cerdo, se unía al resto del grupo cuyos miembros llevaban ya un rato jugando al Twister.
Era alto, con extremidades largas y delgadas. Él mismo se calificaba de ectomorfo, aunque nadie tuvo ni puta idea de a qué se refería hasta que apareció la Wikipedia varios siglos más tarde. Llevaba una melena lisa de un tono castaño claro y solía atarse la toga a la altura de la cintura con un cordel, principalmente para marcar culo.
2 - MATEO “El brutote”
Tosco, pero de gran corazón, muy trabajador y activo. Tenía unas manos enormes y peludas aunque, curiosamente, era un manitas. También era un amante de los animales, en concreto de los gorriones, a los que les fabricaba unas casitas de madera muy cuquis. Un día le explicaron que no eran crías de paloma y montó un cristo de cuidado. El incidente se saldó con sollozos, gimoteos y varios muertos.
De temperamento tranquilo, pero también muy territorial, le bastaba un mal gesto para desencadenar una pelea en la sauna. Era bastante alto y fuerte, aunque con cuerpo “Botijero”, de esos que te hacen un culo pequeño y metido hacia dentro. Eso sí, por la parte de adelante era todo un prodigio de la naturaleza.
Era leal y fehaciente, pero con claras dificultades para justificar sus actos. Seguía las instrucciones de Jesús a ciegas, sin llegar a entender del todo lo que estaban haciendo allí ni qué coño era eso de la Santísima Trinidad. Se lo habían intentado explicar varias veces con unas bolas de arcilla, pero siempre las confundía o con trufas de chocolate o con mierda de oveja. En cualquier caso, se las comía.
3 - JACOBO “El hípster”
Era el que más importancia le daba a las apariencias. El primero en descansar una montura, primero de olivo y luego de metal, sobre nariz y ojos en todo oriente medio. Por las mañanas se recortaba la barba con unas tijeras, en vez de hacerlo a machete y solo de pascua en ramos, como el Dios mandaba. Por algún motivo, siempre aparecía en el despacho con una manzana a la que solamente daba un bocado y luego colocaba junto a su cuaderno sin llegar a comérsela. Podía pasarse horas en el jardín observando un arbusto, para luego garabatear una polla y decir que aquello era arte.
Era delgado y alto, aunque su morbo residía más bien en su personalidad introvertida y sus constantes comentarios mordaces, rozando lo pretencioso. Al menos eso pensaba él. Fue el primero en pronunciar la frase: «Si gustas a todos, es que algo estás haciendo mal», luego repetida por artistas de la talla de Chenoa.
Le gustaba liarse con hombres de dos en dos, inventando la técnica denominada más tarde como el “San Jacobo”, término que, por desgracia, ha mutado durante los años para hoy en día dar nombre a un tipo de sandwich.
4 - PEDRO “El cuerpo”
Impulsivo, apasionado y ardiente, según atestiguan tanto sus familiares, como amantes y amigos. La genética le había sonreído concediéndole un cuerpo atlético y proporcionado, que irradiaba sensualidad allá donde estuviera. Quizás no era el más inteligente, pero sí que era el más listo; tenía calle y se las sabía todas. Era un hedonista, comer, beber y fornicar eran sus grandes pasiones.
Era más de pescado que de carne, por eso trabajaba en la rula vendiendo al por mayor. Era un hombre con don de gentes. Ancianos, niños, pobres… él se los follaba a todos sin distinción. Era un maestro de la conciliación, consiguiendo combinar sus quehaceres como apóstol, un negocio e incontables amantes, sin desatender ninguna de sus responsabilidades.
Fue el único en morirse dentro del armario. Una tarde, jugando al escondite.
5 - SANTIAGO “El mono”
Pequeño pero valiente. De aspecto cautivadoramente descuidado, nada estaba ahí por azar, incluido el faro tatuado justo por encima del codo. Siempre iba con camisetas de rayas horizontales bajo un peto de faena. Tenía un par de pendientes en la oreja, más otro piercing en la zona genital. De antebrazos fuertes y manos callosas, Santi manejaba las sardinas a placer.
Era el más abierto de mente de todos ellos. Abdicaba por la paz, la cooperación y la libertad de las personas. También fue de los primeros en hablar de un sueldo digno, de la libertad reproductiva y del machismo estructural. Según Pedro, era un rojo peligroso, pero Jesús repetía que el camarada Santiago era de los suyos.
Si se le puede poner un “pero” a la figura de Santiago es que, como amantes de otras culturas y costumbres exóticas, estuvo insistiendo mucho en que la religión católica adoptara el sacrificio ritual de niños durante alguna de sus celebraciones. Curiosamente, esta práctica sería rescatada por el Vaticano, aunque de manera más refinada, muchos años más tarde.
6 - FELIPE “La mirada”
Pese a ser el primero en quedarse calvo de la pandilla, tenía unos ojos verdes claros y una boquita de piñón que le daban un nosequé muy atractivo. Nunca descartó ir a predicar a Turquía, y de paso, repoblar el matojo. Era callado, pero de los que cuando habla sube el pan. No se andaba con chiquitas ni medias tintas. Dicho esto, era serio y trabajador por el día, pero una bestia radicalmente diferente por la noche.
Dos de las grandes pasiones de Felipe eran la magia y los inventos. Varios de los trucos de ilusionismo que Jesús llevó a cabo para el deleite de las masas habían salido de su taller. Por desgracia, y con el devenir de los años, Felipe desarrolló una obsesión brutal por los dildos y centró toda su inventiva en desarrollar artilugios mecánicos que movían figuras fálicas cada vez de mayor tamaño. Pasó la última parte de su vida en una zona costera, dando shows de dudoso gusto en tabernas y hospederías.
7 - SIMÓN “El drogas”
Conocido en toda Galilea por comercializar vino bajo su propia etiqeta, Simón era un amante del buen vivir, un disfrutón. Si Jacobo intentaba ser guay y a menudo no lo conseguía, Simón tenía un talento natural para ser el más enrollado de cualquier evento social. Era siempre el alma de la fiesta y fue, probablemente, el primer influencer. Entre otras hazañas, democratizó el acceso al poppers, regalando una dosis con la compra de una segunda botella de vino. La campaña fue todo un éxito comercial.
De facciones duras, su rostro no era especialmente agraciado, pero su poblada barba y sus penetrantes ojos negros podían derretir cualquier cirio. De personalidad despreocupada, era versátil y le gustaban todo tipo de juegos y actividades.
Pese a moverse y hablar despacio, parecía estar en todas partes y conocer a todo el mundo. De ahí sacó Jesús la idea de la omnipresencia. Siempre tenía historias increíbles sobre personajes y lugares, que se animaba a contar cuando veía que algún sermón perdía fuelle, para así levantar el ánimo. Acostumbraba a empezar sus discursos con su catchphrase: «Vengo de Galilea, ¡qué fortuna la mía!», metiéndose al público en el bolsillo en cuestión de segundos.
8 - ANDRÉS “El místico”
Era conocido como el hermano sensato de Pedro y uno de los pocos que se tomaba ese rollo de la religión en serio, no como una excusa para las cenas y el sexo grupal sin ataduras. De hecho, Andrés fue el primero en llamar a Jesús “El Mesías”, después de que este último marcara cuatro goles espectaculares en un partido de pescadores contra carpinteros al que habían sido invitados.
Estaba obsesionado con difundir la palabra y la mayoría de las veces lo conseguía simplemente porque tenía un rostro muy atractivo. La gente le seguía, aunque todo aquel cuento de las enseñanzas de Jesús les sonara a estafa piramidal. Era guapo y asertivo, lo que le hacía un miembro muy valioso dentro de la organización.
A pesar de tener una faceta tan espiritual, Andrés era el más perverso y retorcido a la hora de practicar sexo. En más de una ocasión, se vieron obligados a contratar a profesionales para desinfectar y deshacerse de las pruebas tras las orgías que organizaba en los sótanos del templo.
9 - JUAN “El sensible”
Siempre preocupado por el bienestar de los demás, Juan era descrito por los otros Apóstoles como “un amor”. Algunos expertos piensan que este adjetivo es una reinterpretación de la frase “una morcilla”, en referencia al tamaño y color de su miembro viril. En eso sí que coinciden los historiadores, Juan tenía un pollón como la manga de un abrigo. Inventor del baile conocido como el “Molino de Nazaret”, San Juan sabía cómo mover lo que Dios le había dado.
Le encantaba viajar y ayudar a la gente sin pedir nada a cambio, exceptuando alguna chupadita esporádica u otro tipo de favores sexuales. Esto era especialmente cierto con los más desfavorecidos. Las aldeas y ciudades le despedían entre aplausos y vítores, para días después, darse cuenta de que no había dejado solamente amor y esperanza, sino también sífilis y clamidia.
10 - BARTOLOMÉ “El deportista”
Uno de los más discretos dentro del grupo, en su juventud había estado sentimentalmente unido a Felipe. Las malas lenguas aseguran que empezó a obsesionarse con el deporte tras su traumática ruptura. Era bajito, pero trabado, un torete, para que nos entendamos. Parte de su sex appeal provenía de una mezcla exótica de pelo castaño, ojos almendrados y piel morena.
Tenía un estilo de vida activo, aunque curiosamente, era pasivo para otras cosas. Lo mismo se iba a nadar al Mar Negro, como se ponía a subir y bajar el Monte de los Olivos en plan Rocky. Por eso no aparece en casi ninguno de los evangelios, simplemente estaba fuera.
Le gustaba el yoga, el CrossFit y el Pilatos, con el que mantenía una relación abierta muy pasional. También era partidario del ayuno intermitente, del sexo tántrico y, sobre todo, de la misoginia. Sin embargo, todo el odio que le tenía a las mujeres, se convertía en amor hacia los animales. Siempre y cuando no fueran hembras, obviamente.
11 - TOMÁS “El macarra”
Tomás era el rebelde sin causa, el enfant terrible del grupo…, característica que le dotaba de un enorme atractivo. Desde sus gustos musicales a sus constantes cambios estéticos, Tomás intentaba transmitir un desdén hacia una sociedad decadente en la que nadie lo entendía. Menos Jesús, que entender, entendía mucho.
Tomas asimilaba la religión de una forma muy particular, era un conmigo o contra mi constante. Jesús siempre le hacía la siguiente broma: «Si sigues evangelizando a navajazos, nos vamos a quedar sin fieles», tras lo cual le acariciaba el pelo y le besaba apasionadamente, en plan profesor y alumno.
Era delgado y de piel blanca, pero fibroso. Puro nervio. «Secreto de cerdo», como le gustaba susurrar a sus amantes tras una sesión de sexo energético, acariciándoles los labios con su navaja.
Muchos historiadores coinciden ahora en que era, muy probablemente, de Bilbao, aunque nacido y criado en Judea.
12 - JUDAS ISCARIOTE “El cachondo”
Nunca se sabía cuando estaba de broma y cuando en serio. Judas no era especialmente guapo, pero te encandilaba con su labia y sus juegos de palabras. Unido a esto, se movía con un gracejo especial y siempre olía bien, como a bebe que fuma. Invitaba a todo el mundo sin tener un duro en el bolsillo y luego se largaba con un chascarrillo del tipo: «Me voy con una ex…, una excusa».
Conoció a Jesús en “El mar muerto de risa”, un famoso local de Jerusalén, donde ambos actuaban habitualmente. Judas hacía stand-up clásico intercalado con algunas canciones de coña tocadas con su antigua lira; y Jesús hacía un show de magia llamado ”Es un milagro que hayáis venido”. Tras coincidir en varias ocasiones, forjaron una bonita amistad, que acabó derivando en el dúo cómico “Cruz y Clavo” y en una relación carnal escabrosa.
Llegaron a montar un espectáculo conjunto llamado “El que avisa no es traidor”. El show incluía un poco de todo: música, humor, sexo y coprofagia. Acabó abruptamente tras un malentendido que nunca salió completamente a la luz, pero que, según las malas lenguas, involucraba a su ayudante María y a una de las palomas utilizadas en el espectáculo.
Pasión Atemporal
Como habéis podido comprobar, la religión también puede tener su lado erótico sin necesidad de abusar de niños. ¡Deshazte por fin de esos pósteres de los Backstreet Boys que cuelgan en la pared de tu cuarto desde que ibas al instituto y abraza la masturbación espiritual!. Recuerda que los BSB son ahora señores rozando la cincuentena, de los cuales dos han reconocido tener problemas con el abuso de sustancias y los otros tres aún no se han atrevido a dar el paso, pese a que en lo más profundo saben que es la única forma de superar los traumas de su juventud. Por otro lado, los apóstoles transmiten valores saludables y son atemporales. Cualesquiera que sean tus gustos, tanto estéticos como de personalidad, es muy probable que al menos uno de ellos te ponga más caliente que el palo de un churrero. ¡Dinos cuál en los comentarios, pirata!